Los aparejadores y arquitectos son profesionales estrechamente relacionados por el sector de la construcción y la promoción inmobiliaria, pero es importante diferenciarlos, pues su función no es la exactamente la misma.
A la hora de llevar a cabo un proyecto de obra integral, se requiere la colaboración de varios perfiles profesionales y entre ellos, se encuentran el aparejador y el arquitecto, ambas profesiones comparten similitudes, pero cuentan con formaciones y objetivos diferentes dentro del equipo de obra.
Aprender a diferenciar ambos perfiles, su formación y objetivos es esencial para los profesionales del sector inmobiliario y la construcción.
Aquí te presentamos cada perfil, sus características y las diferencias principales entre profesionales, para que distingas de manera sencilla las competencias que requiere cada profesión.
Diferencias y similitudes entre un arquitecto y un aparejador
Muchas personas podrían pensar que ambas profesiones tienen un solo objetivo y es que las diferencias son mínimas si se comparan con las similitudes entre aparejadores y arquitectos. Sin embargo, los usuarios que cuenten con activos inmobiliarios y tengan entre manos un proyecto de obra o reforma, tienen que diferenciarlos, pues su papel en el equipo es diferente.
¿Qué hace un aparejador? ¿Y un arquitecto?
Un aparejador también es conocido como arquitecto técnico y es una pieza esencial durante el proceso de construcción.
Se encarga de supervisar la cantidad de materiales que se utilizan durante el proyecto y revisa su calidad, para asegurar la seguridad e integridad de la estructura durante el proyecto de obra. Su función es controlar todos los procesos de la obra, para asegurar que el personal trabaja según los requerimientos del proyecto, por ello, resulta una figura imprescindible para asegurar la calidad de la construcción.
Por otro lado, el arquitecto es el encargado de diseñar el proyecto. Crea las bases de la construcción y lleva un control general de todo el proyecto.
Tiene una visión más global de los trabajos a realizar y se encarga de supervisar los aspectos técnicos y estéticos que se requieran. También, será el encargado de pedir y controlar las licencias o permisos de obra.
En términos generales, vemos que el arquitecto es el encargado de diseñar y dirigir el plan a seguir para un proyecto de construcción y el aparejador o arquitecto técnico es el encargado de supervisar que todos los procesos del plan se cumplan según lo establecido. Ambos tienen que trabajar conjuntamente, pues el arquitecto tendrá una visión general más completa y el aparejador podrá detectar posibles desviaciones o necesidades durante la construcción.
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¿Qué competencias tiene cada perfil?
Vemos que el objetivo del aparejador y del arquitecto es diferente, pero complementario, por ello, las competencias de cada perfil deben trabajar juntas para conseguir un equipo de trabajo competente y polivalente.
Competencias del aparejador
Si analizamos las competencias que deberá tener el aparejador, vemos que en su lugar de trabajo tendrá que:
- Realizar informes periciales y rellenar los certificados energéticos pertinentes.
- Tasar y valorar un inmueble, teniendo en cuenta sus calidades, materiales y estructura.
- Generar planes de seguridad para construcciones.
- Realizar controles de calidad y coordinar los equipos de trabajo en una obra
- Asegurar que se cumple con el presupuesto establecido por el arquitecto
- Ofrecer asesoramiento técnico tanto a los constructores como a los propietarios.
- Generar certificados para la expedición de licencias
- Certificados de antigüedad del inmueble.
- Controlar los materiales que se utilizan durante el proyecto, para que encajen con lo propuesto por el arquitecto.
Competencias del arquitecto
Por otra parte, el arquitecto tendrá otras competencias en el equipo de trabajo de un proyecto de obra, las principales serán las siguientes:
- Diseñar el plan de acción, establecer los objetivos y requerimientos de un proyecto de construcción.
- Diseñar el presupuesto de la construcción.
- Comunicar los permisos y licencias que se requieren para poder llevar a cabo el proyecto.
- Especificar los materiales a utilizar y detallar los aspectos técnicos y estéticos de una obra.
- Supervisar el proyecto de manera global y colaborar con el aparejador para corregir posibles desviaciones.
Ambos perfiles son necesarios y deben contar con formación técnica especializada para evitar errores en un proyecto de construcción. Por ello, su formación académica será diferente y específica en cada caso, es decir, son títulos universitarios distintos.
¿Qué ha estudiado un aparejador?
Ahora que ya sabes lo que hace un arquitecto técnico o aparejador, seguro que te preguntas qué debe estudiar un profesional para poder adquirir las competencias del cargo.
El arquitecto técnico o aparejador es el encargado de ejecutar un proyecto de obra y debe contar con conocimientos técnicos para poder desarrollar su papel en una construcción.
Actualmente, existe una oferta formativa amplia para los profesionales que quieran especializarse como aparejadores. Normalmente, se requiere cursar y superar un Grado de Arquitectura Técnica y Edificación o un Grado en Ingeniería de Edificación, será entonces cuando podrán empezar a ejercer como aparejadores en una obra.
Una vez el profesional cuente con una de estas titulaciones, podrá gestionar la producción de una obra, organizar un equipo de trabajo o realizar auditorías técnicas para asesorar a los constructores, entre muchas otras competencias comentadas anteriormente.
¿Por qué es importante el arquitecto y el aparejador trabajen juntos?
Ahora ya conoces la diferencia entre un arquitecto y un arquitecto técnico en una construcción. Sus profesiones son similares y muchos pueden entremezclarlas, pero cada profesional debe conocer sus obligaciones y competencias para cumplir con éxito su papel en una construcción.
Ambos perfiles son imprescindibles en la construcción y desarrollo de nuevos inmuebles y su formación académica resulta complementaria, pues el arquitecto debe ser capaz de diseñar un plan global y el aparejador debe tener competencias técnicas y a su vez, aprender a organizar diferentes equipos o procesos para asegurar un correcto desarrollo del plan.
El arquitecto tendrá la obligación de mantener un contacto continuo con el aparejador o arquitecto técnico de una obra para comprobar que se sigue el plan y la dirección establecida. También, será de especial importancia para detectar posibles desviaciones o cambios en el presupuesto inicial del proyecto, los materiales seleccionados o los aspectos técnicos que puedan ir surgiendo durante el proceso.
